Es... distinto para mi, Fen. En mi línea de tiempo directa, sí, la muerte de Jojen no fue hace mucho. Un año. La de mi padre, cuatro. La de mi hermano y mi madre, dos.
Pero ya no vivo mucho en una línea de tiempo directa. Aquí, en la Nada, sí, pero cuándo cierro los ojos o cuándo estoy meditando contra un weirwood-- la muerte que puedo estar viendo sucedió hace mil años. O estoy viendo al primer hombre en ser llamado Brandon Stark en la línea de mi familia riendo con sus hijos. O veo a mis padres cuándo apenas se conocieron. O nos veo a mi y a mis hermanos cuándo éramos niños, en el bosque de Winterfell.
La muerte de Jojen fue hace un año. Pero fue hace un siglo, un milenio, ayer. Y ayer hablé con él de sueños y me confesaba que consideraba mi vida como lo único importante que había soñado, y hace un siglo en lugar de dormir nos susurrábamos historias de las cosas que en algún punto habían sido importantes para nosotros y hace mil años estuve sentado en un mundo que no es el mío ni el de Jojen con un hermano menor que jamás pensé tener, extrañándole y a la vez sabiéndolo presente.