[Se queda callada un momento, apretando apenas la mandíbula, antes de tomar una decisión y ponerse de pie. Avanza hasta detenerse frente a ti, y lleva su mano brevemente a tu rostro, alzándolo un poco para que la veas.]
Tienes todo lo que deseabas, en ese caso. Me alegro por ti. [Y la pequeña, pequeña parte de ella que sí lo hace, honestamente, le permite sonreírte breve. Pero luego te suelta, y sigue caminando hacia la puerta, para poder salir de la casa.]