[Ahora sí resopla una risa, empezando a masajear por tu cuello de nuevo.]
Sí. Y no lo haré. [Antes de que puedas reaccionar, probablemente, sentirás que la presión en tu cuello aumenta muchísimo y se vuelve casi insoportable, cuando presione con sus dedos en el punto exacto que necesita para hacerte perder la consciencia.]