[Se sobresalta cuando escucha las risas, pero esa es la gota que colma el vaso. Se incorpora violentamente, con un gruñido furioso.]
¡Cállense! ¡Déjenlo en paz! [Cuando nota que ni ellos ni tú parece escuchar nada, ni gritar sirve de nada, vuelve a mirarte soltando otro gruñido frustrado.]
Esto es suficiente. Voy a sacarte de aquí, Cowboy. [Y lo siguiente que hace es dirigirse a los barrotes de la celda con toda la intención de abrirlos, botarlos de algún modo. Si es un sueño, debería poder hacerlo.]