[Ellos no parecen escucharte. Los niños se vuelven más revoltosos, quejándose. Que tienen hambre, que no tienen con qué jugar. Su madre les dice que deben conformarse, pero ellos protestan más y van hacia una habitación distinta a buscar a alguien - a Solo, que aparece arrastrado por los chicos, casi irreconocible en ropa absolutamente común y barata.
Papá, papá, le dicen. ¿Por qué no podemos comprar juguetes?]