[Es posible que sea eso último, porque no parece que él pueda hacer mucho más. Es necesaria media docena de hombres para poder sostenerlo finalmente, a costa de muchos miembros (y algunos cuellos) rotos, incluso si él sigue retorciéndose para liberarse. Un hombre se acerca para golpearlo con fuerza en el estómago con tal de que deje de luchar, y mientras intenta recuperar el aliento, se le acerca sonriéndole desdeñoso.
¿Adivina qué, Kuryakin? Tenemos la celda de tu padre esperándote. Siempre supe que ibas a terminar como él, un traidor, una vergüenza...