[Agradece que no agarró directamente la mesa.][Se queda donde está, con la respiración agitada y las manos temblorosas, intentando controlarse mientras te mira furioso. Finalmente consigue prácticamente gruñirte entre dientes:]
Aléjate de mí. [Pero va a ser él quien dé la vuelta y comience a alejarse a zancadas.]