[Eso termina de ponerlo en alerta y sentirás cómo los latidos de su corazón se aceleran bruscamente. Te responde sin pensarlo con un gruñido propio, de advertencia, y sentirás cómo las uñas de sus manos, que estaban aferrándose tu espalda, crecen hasta convertirse en garras, hundiéndose en tu piel.]