[Suelta un quejido ahogado, intentando concentrarse, entender lo que pasa y por qué siente que está en peligro. No, esto está mal... Pero es el tono angustiado de tu voz lo que lo hace reaccionar finalmente y simplemente hacer lo que le pides, intentando pegarte un puñetazo en la mandíbula, que seguramente será mucho más débil que siempre. Pero, para sus estándares.]