[Suelta un quejidito, como angustiado, porque sigues sintiéndote como una amenaza, pero a la vez sabe que puede confiar en ti, que está seguro contigo, y eso lo confunde. Finalmente termina decidiéndose por acercarse más a ti, frotándose contra tu mano. Si tratas de hacerle daño, siempre puede arrancártela de una dentellada.]