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[Siente que se le apaga un poco el cerebro al sentirte de esa forma, y lame con más confianza por tu cuello hasta el punto debajo de tu oreja. Luego vuelve a apoyar sus labios contra tu piel, sintiendo tu pulso contra ellos, rozando apenas con sus dientes y imaginando cómo será sentir tus latidos bajo la presión de sus dientes, cómo se sentiría la humedad en su lengua si los hundiera un poco más, el calor descendiendo por su garganta y su sed...]