[Baja brevemente su mirada a sus manos, convenientemente ocultas de ti detrás de la puerta, y él también siente una punzada de culpa y malestar al ver lo heridas que están y la expresión que tú usualmente pondrías de verlo así. Lo que le dirías.]
[...] Estoy bien. Gracias. [Te cierra la puerta en la cara. Ahora no va a dejarte que lo veas así.]