[Se queda callado un momento, porque no puede evitar pensar en cómo fue para él cuando olvidó, la idea de estar enamorado de un hombre... Supone que para ti, la simple idea de estar enamorado resulta extraña.]
[...] No. [Sacude apenas la cabeza y suspira, echándole una última mirada antes de ponerse de pie.] Vamos.