[Sus hombros se relajan apenas, aliviado de que no vayas a irte de inmediato. Tampoco le agrada mucho la idea de que vayas a empaparte a una casa medio destruida.]
[Se seca las manos con un paño, bajándose las mangas de la ropa que se había subido para poder lavar sus cosas, y te mira.][...]
Podemos jugar ajedrez mientras tanto. [Era lo que querías, ¿o no?]