[Pierde un poco la sonrisa cuando se da cuenta de lo mucho que extraña poder ser ridículo contigo. No ha pasado ni siquiera un día, y siente que has estado así por un mes.]
[...][Se encoge de hombros otra vez.] Tú diste salto de fe por mí. [Le regresaste el reloj, arriesgando tu oportunidad de neutralizarlo, tu vida si él hubiera decidido disparar de todas formas.] Era justo que yo hiciera lo mismo.