[Por un extraño momento casi parece que fuera a sonreír.]
No. Resulta que yo también salvé tu vida luego. Estábamos a mano. [...]
Tú tenías las mismas órdenes. Pero cuando fui a buscarte, en vez de disparar... tú me regresaste el reloj de mi padre. [Lleva su mano a cubrirlo un momento.]