[Un día normal de arduo trabajo en el hospital, esta vez te tocó el turno nocturno. Para tu suerte esta noche no hay mucho movimiento, prácticamente nada hasta que llegan los gendarmes de la prisión más cercana, escoltando a un reo al que hay que sacarle los puntos de una gruesa cicatriz que lleva en la cara.
Lástima que te toque a ti el trabajo, porque el reo en cuestión no parece para nada amigable, incluso con las manos esposadas da la impresión de que fuera a romperte el cuello en cualquier momento. Pero hay que ser profesional y /justo/ no hay nadie más en esa ala del departamento.
Además, no hay que juzgar a un libro por su cubierta ¿Cierto?]