Lea. [Toma tu rostro entre sus manos para que lo mires cuando habla.]
Antes de conocerte el punto culmine de mi día era el trayecto que hacía en auto de mi casa al trabajo y viceversa, porque ahí podía estar solo sin pretender ser alguien que no soy, ahí solo ponía música clásica en la radio y conducía hacia adelante. No esperaba absolutamente nada de la vida, no había nada más para mi.
Pero llegaste tú y cambiaste mi mundo. Fue como sentir que recién luego de cuarenta años comenzaba a vivir, como si hubiese vivido en las profundidades de un océano oscuro y contigo recién salía a flote a ver la luz del sol y sentirla sobre mi piel. Lea, toda mi vida se ha resumido al año que he estado contigo.
No me va a alcanzar la vida para agradecerte todo lo que me has dado, Lea.