Lynx (daniela_lynx) wrote in schrodingersbox, @ 2013-06-20 15:32:00 |
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Entry tags: | AU/N°06/París, nc-17 |
Fic: La Pluie (AU París, 1970, oneshot)
Título: La Pluie
AU: París
Año: 1970
Septiembre significaba el regreso a clases y el comienzo de los días fríos.
Con la piel de gallina, pero sin dudar, Hal se desnudó y esperó sobre la cama a que Adamska terminara de prender el brasero a carbón de la habitación para caldearla. Adamska se lamió los labios al voltear y verlo, y para nó ser menos, decidió desafiar a la temperatura también. Se quitó el abrigo y a este siguió pronto el resto de la ropa.
Afuera azotaban el clima político y el día más helado desde que el otoño había comenzado, opuestos en temperatura y ambos igual de intensos. Poca luz se filtraba a través de las ventanillas para iluminar la buhardilla en que actualmente vivía Adamska.
No les importaba el lugar, que Adamska mantenía lo más limpio y ordenado que podía, pese a la indignidad de la alfombra manchada y los muebles viejos. O el frío. Habían esperado demasiado ese día, desde que Adamska se coló en silencio a la clase de Hal en la Sorbona y posó su mirada hambrienta sobre el profesor esa mañana. Guardando caricias hasta que pudieran dárselas tras puertas cerradas.
Sonó el ruido de un trueno, y manos enguantadas en lana voltearon a Hal para dejarlo en cuatro sobre la cama sin preámbulos. Este gimió ante el movimiento, alcanzó a murmurar un "lubricante, por favor" antes de que Adamska se quitara el guante y lo abriera con dos dedos cubiertos de saliva. Comiéndole la entrada luego con una lengua caliente y movediza, tal como el profesor le había enseñado poco tiempo antes, la primera vez que Adamska se dejó coger.
Hal se arqueó y aferró las sábanas, y su mundo se redujo a las sensaciones que Adamska le brindaba. Mejilla contra la almohada, expectante, respiración agitada. Podía sentir el aliento cálido de Adamska contra su piel mientras este lamía su entrada, la dejaba bien mojada.
"Cógeme." Rogó, voz queda, contrayendo los músculos.
Adamska murmuró un sonido ronco, se retiró y mordió una de sus nalgas. Hal no necesitaba verlo para saber que sonreía con burla. Tampoco para leer lo excitado que estaba.
"Estás ansioso." Dijo fingiendo descuido, como si él no lo estuviera. Succionó luego donde había mordido para dejar una marca. Podía ver la espalda de Hal cubierta de ellas y le complacía dejarlas, lo llenaba de una posesividad salvaje y eufórica.
"... Si." Aceptó Hal separando más las piernas, y alzó las caderas ofreciéndose. Asintiendo por los dos, menos preocupado de su orgullo.
"¿Cuánto"
"Desde la mañana. Dios, sólo hazlo."
Sin tardar en cumplir el deseo de ambos, Adamska se aferró de sus caderas, se acopló a su espalda. No perdió tiempo en penetrarlo, áspero e intenso, y haciendo a ambos gemir de alivio. El hambre sin embargo avivada. Hal gimió una autorización y Adamska comenzó a embestirlo tan rápido como la poca lubricación permitía, arrancándole sonidos de dolor y gusto entremezclados y jadeando él mismo ante la sensación de Hal tan apretado a su alrededor.
Otro trueno, y se largó la lluvia. Ninguno de los dos le dio importancia. El brasero y sus cuerpos estaban lo suficientemente calientes.
Hal gritó cuando Adamska lo embistió particularmente fuerte, lo aferró temblando un momento.
"¿Qué pasó?" Y no recibió respuesta cuando Adamska lo hizo de nuevo, ahogando un gemido con la boca contra su espalda. "¿Adamska?"
"No tienes idea." Dijo este con dientes apretados. "Malditas goteras", y embistió de nuevo, agudo e intenso.
Gotas de lluvia helada comenzaron a caer sobre la espalda de Adamska a intérvalos regulares, cada vez más rápido. Adamska decidió que esto no lo desanimaría, y las tomó como un desafío.
Gota, embestida. Cogiendo a Hal al ritmo que la lluvia azotaba en su piel y en sus ventanas. Gimiendo los dos de placer mientras afuera se derrumbaba el cielo en París.
Más tarde correrían la cama para descansar como se debía, encontrarían un tiesto donde dejar que cayera el agua de la gotera. En ese momento sólo contaba la pasión de los dos, dando y recibiendo, apresurados ambos por venirse tras un día entero de tensiones, de carga eléctrica en el aire parisino.