Fic: Legato con Seta (AU Verdemare, 2014) Título: Legato con Seta AU: Verdemare Año: 2014
Gemidos agudos escapaban de la garganta joven de un Gatto que se arqueaba contra el colchón, completamente indignado y excitado como nunca en su vida. Con las manos atadas tras la espalda en un ángulo incómodo que no le permitía tener de qué aferrarse siquiera, no había mucho que pudiera hacer para responder ante las caricias de su novio.
Hal lo acalló con una lluvia de besos en el cuello y una mano que vagaba por todas partes excepto su entrepierna, jugando, incitando. Posó la palma contra su vientre, sintiéndolo deliciosamente blando, y raspó con delicadeza hacia arriba con sus cortas uñas hasta llegar a uno de sus pezones.
- Shh, todo estará bien - murmuró Hal en el italiano torpe con el que lo había conquistado desde el inicio. Adamska se limitó a clavarle un talón en el costado demandando más sin palabras con una mueca de frustración.
- Necesito que me toques y que lo hagas /ya/ - replicó Adamska, apretando los labios en una mueca que le hacía verse realmente parecido a un ángel renacentista muy molesto. Había en él algo parecido a la vergüenza por estar vulnerable, amarrado... y por estar desnudo. Pero precisamente ese era el punto del ejercicio.
- Te estoy tocando - bromeó Hal - y tocarte es una experiencia absolutamente suculenta. También probarte - bajó a dejar una marca en su pecho mientras agarraba sus manos en las caderas de Adamska suavizadas por los meses comiendo juntos. En el proceso, la erección de Adamska terminó rozándose contra Hal igualmente y el alivio impidió que este matara al provocativo bastardo con la mirada.
Adamska decidió tomar el asunto en sus manos -o como pudiera llamársele a eso- y abrazar a Hal con las piernas, buscando más contacto. Sonrió satisfecho cuando a Hal se le cortó la respiración y gimió al sentir la verga dura de Adamska contra su torso. Tenía fuerza en las piernas y no lo dejó ir cuando Hal trató de retirarse. La mala posición de los brazos daba lo mismo.
- Voy a correrme contra tí y no puedes impedírmelo - le comunicó Adamska entre jadeos, frotándose, embistiendo. - Si vas a cogerme, mejor empieza antes que lo haga.
- Ya comprendí el mensaje, Gatto... - Hal le indicó con gestos que parara, que se incorporara. - Ven, te soltaré las manos.
Momentos más tarde estaba hundido entre las nalgas calientes del adolescente en su regazo, rodeado por sus muslos anchos. Hundiendo los dedos nuevamente en sus caderas cremosas y perdiendo el control con él. Lo bueno de vivir en una casona era que no tenían que medir su volumen. A Adamska le gustaba gritar cuando estaba pasándola bien. Y a juzgar por como estaba gimiendo al montarlo, al ritmo que a él se le daba la gana, había hecho un buen trabajo en encenderlo. Hal podía sentir la erección de este contra su propio vientre, como última indesmentible prueba, moviéndose de arriba a abajo, deslizándose húmeda e igualmente caliente. Ninguno de los dos duró mucho así, el orgasmo llevándose a un Adamska que había sido llevado al límite durante más de media hora antes de que realmente comenzaran a coger, su culo apretándose contra Hal hasta que este no pudo sino correrse también muy adentro de él.
- No vuelvas a hacer eso. - Dijo Adamska, amurrado, cuando ambos ya descansaban limpios bajo las mantas.
- Lo siento, Adamska. ¿No lo disfrutaste?
Adamska estaba a punto de contestarle, pero suspiró y tuvo que reconocer para sí que nunca en su vida se había corrido así. Todavía se sentía completamente lacio, relajado.
Simplemente, no estaba acostumbrado a esperar por nada en absoluto.
- No estuvo tan mal - murmuró contra el hombro de Hal, acurrucándose más. Hal suspiró de alivio.
- Me asustaste por un momento - dijo este, sonriendo. - Pasa que... bien, si me permites, tenía un fin todo esto. Pero si no te gusta, de verdad no lo hago de nuevo. Lo siento, mi Gatto.
- ¿Qué fin? - preguntó Adamska.
Con tranquilidad, Hal contestó:
- Nunca me dejas tocarte demasiado rato. Últimamente, menos que antes. Y de hecho... de hecho, últimamente, no me dejas siquiera /verte/ demasiado.
Adamska enrojeció. Tenía perfectamente claro por qué estaba haciendo eso, y no se trataba de que no disfrutara de las caricias de Hal.
- Y preferirías que me mostrara más, huh. - /Incluso... si no estoy igual que cuando te enamoraste de mí/, iba a decir, pero se mordió la lengua. Era demasiado orgulloso para reconocer eso.
- Claro que sí. Eres perfecto. - Hal lo buscó para un beso. - No volveré a amarrarte si no te gusta. Pero quería que me dejaras demostrarte lo mucho que me gusta verte, y tocarte.
Y eso dejó a Adamska pensando callado unos momentos. Podría haberle comunicado sus inseguridades y jurado que el hecho estaba superado para siempre, por mucho que por dentro le fuera a costar un buen tiempo en realidad aceptarse a sí mismo. Sin embargo... bien, estaba eso. Necesitaba el tiempo.
Se sorprendió un poco a sí mismo cuando contestó:
- Creo que me gustaría que lo hiciéramos de nuevo.
Sin querer ofrecer la explicación completa, simplemente se acurrucó más apretado con Hal, y se dejó envolver por sus brazos.