Dato random que acabo de recordar y que a nadie le interesa saber: hace algunos años teníamos en la casa un gato que se escondía detrás de las puertas, arbustos, muebles, lo que fuera, para saltarle a las piernas al primero que pasara por ahí. Daba unos sustos épicos, obviamente, y me estoy dando cuenta que, de no ser porque en ese entonces ni siquiera existía Ouran y el gato era blanco, totalmente le hubiera puesto el nombre de tu muso, Laurus. Trufax.