Sí, eso he podido notarlo. [Abraza un poco el peluche.] Supongo que no estoy acostumbrada a un ambiente tan relajado, sigo esperando que algo o alguien salte a tratar de arrancarme la cara.
Ah, pero no estoy insinuando que tu vayas a hacerlo. Es sólo que no se me da bien eso de bajar la guardia.