[Le contagias el gesto y de a poco es él quien comienza a frotarse contra tu rostro, solo para terminar apoyándose en tu hombro.
...Podría jurar que acaba de identificar un par de mordidas suyas por ahí. Oops.] ¿De qué estás hablando? Fuiste tú el que vino a ayudarme apenas y me tropecé.