Me suena a que es lo justo. Yo tomo sus cuerpos al nacer y no les dejo mayor opción que aceptarme, al menos deben tener la oportunidad de vivir. Protejo sus almas para que puedan ser recolectadas y no se vean corrompidas, y, en el mejor de los casos, la formación espiritual que les doy les permite regresar como espíritus no vengativos.