[Baja la mano para mirarte. No le molesta tu mano en su hombro, de alguna forma le reconforta.
Escucha cada una de tus palabras con atención, porque esto, esto que estás haciendo es algo que nunca tuvo, esa clase de apoyo que la impulsa a tomar sus propias decisiones y no a escudarse en su padre.]
¿Y.... Y si mi corazón elige mal? ¿Si al final este camino no es lo que esperaba?