*Le había prometido a Lenalee que ese día almorzarían juntos. Incluso por la mañana se había molestado en preparar una fiambrera presentable para que la chica no pensara que su dieta se basaba en comida preparada y restos del día anterior.
Había sonado el timbre del recreo, había guardado sus cosas y tenía su comida preparada. Todo estaba en orden. Todo menos sus amigos. O así es como los consideraba antes de montar un drama general porque ese día no comería con ellos. Burlas, insinuaciones y algún que otro llanto sólo porque los abandonaba por una chica, por un día. Suspira. Al volver se encargaría de repartir collejas entre ellos, ahora mismo tenía bastante prisa, no quería llegar tarde a su encuentro por unos cuantos imbéciles que no tenían ni idea de lo que había pasado entre ellos.*
Ahí os quedais, capullos.
*Sale del aula fiambrera en mano en dirección al sitio donde habían quedado.*