*Pregunta al fin haciendo pucheritos. Verla tan agitada y sorprendida por la llamada no podía ser otra cosa ¿no? La idea le andaba rondando desde el mismo día en que se fue, y él mismo se lo había buscado, por dejarla sola en una ciudad llena de adolescentes con las hormonas revolucionadas. Su preciosa Lenalee en brazos de otro hombre... No, simplemente no podía concebir esa idea en su cabeza.*