*Sin remedio, una sonrisa burlona se extiende por su rostro de inmediato. Tanto la explicación de Lavi como la propia leyenda eran interesantes y todo eso, pero realmente lo que había llamado su atención era encontrar una excusa para poder soltarle un comentario oportuno al mayor.*
No desesperes, Kanda. Según esto encontrarás tu lado masculino en alguna parte.
*Dice riendo entre dientes, disfrutando de ver como el ceño del muchacho comienza a fruncirse con ira.*