*Alguien especial. Sonrie más para sí mismo, contento por haber sido esa persona, la primera y única para Lavi. Pero algo le hace salir de ese pequeño y placentero trance personal y es que la visión que tenía delante era lo suficientemente poderosa como para hacerle olvidar todo.
Los pechos de Lavi eran hipnotizantes en aquella postura, tan sugerentes que apenas parecían tener espacio suficiente en aquel jersey y con cada mínimo movimiento, se balanceaban suavemente. Por más que quisiera hacer el esfuerzo no podía apartar los ojos de ahí*