*Contesta tras ver que aquella respuesta no lo tranquilizaba demasiado precisamente. Siempre esperaba que Lavi tuviera las respuestas necesarias para todo y ahora parecía que, al igual que aquella vez, tenía bastante que aprender.
Cierra los ojos, sólo dejando que la sensación que la lengua del otro le proporciona le invada, para luego llevar sus manos a las voluptuosas caderas de Lavi, tocando y sobándolas con sus propios dedos.*