[Frunce el ceño, cada vez más enfadado. Esto era precisamente lo que no quería escuchar, ese idiota se iba a aprovechar de él después de todo]
No abuses o te saco de una patada de mi habitación y jamás volverás a entrar.
[Estúpido Alma. De hecho, se pone de pie para darle la espalda. Ya sabía que se lo iba a tomar a juego, no debió preguntarle nada, mucho menos si sólo se trataría de cumplirle sus caprichos. Chasquea la lengua]
No quiero nada de ti.
[De hecho, lo único que hace es buscar los vendajes que habían sido para sus pechos. Ya empezaban a dolerle por tenerlos colgando así nada más. Malditas cosas, eran un estorbo]