¡¡No soy un cobarde, sólo trato de preservar la integridad de mi cuerpo!!
*Le grita, sin dejar de correr ni un solo segundo todo lo que le daban sus nuevas piernas. ¿Enseñar sus pechos a ese patán de Kanda?, ni en sueños. No pasaría esa vergüenza delante suya ni en un millón de años, aún si estaba siendo obstinado.
Todos se habían empeñado en fastidiarle y acosarle en el día de hoy*