*Le pega un golpe en la cabeza al enano idiota. ¿Ahora era culpa suya que se le fueran los ojos detrás de su escote? Sólo era su camiseta de siempre. Vale que tuviese un cuerpo 10 y fuese irresistible, pero hombre, hay que controlarse un poco.*
Pero ya que lo dices podemos ir de compras si quieres. Un vestido de cuello alto para mí y otro para ti.