*Lo que oye le indigna por completo. ¿Qué por qué tenía que ser especial? Que él supiera, aquella cosa había afectado a todos, otorgándoles un aspecto al azar, quien sabe si por genética. Si a Kanda le había tocado tener dos toneles por senos, él no podía hacer nada con eso*
¡No tengo que demostrarte nada!
*Sin querer le empiezan a temblar los labios al decir eso con aquella voz chillona. Idiota de baKanda*
Y no te los voy a enseñar, no tengo por qué hacerlo.