Oh, no te preocupes por mi, es sólo que esto del cambio de cuerpo me tiene bastante nervioso...
[Se quita de encima la ropa con la que se había tapado, avergonzándose de esa actitud tan... femenina. Incluso vuelve a pararse frente al espejo mirándose en varios ángulos con los ojos entrecerrados.]
Creo que no acabaré de acostumbrarme jamás a esto. ¿Cómo es allá afuera? ¿Ya se han vuelto locos todos?
[Porque todo el día había escuchado más barullo que el de costumbre: pasos apresurados, caídas, gritos, uno que otro valiente que hacía bromas porque parecía no importarle el cambio, llantos, maldiciones...]