*Era pedir demasiado, suponía. Desde hacía un par de semanas, la Orden había estado tranquila y sin alteraciones, pero estaba claro que no podía ser así por mucho más tiempo. Y ahora se presentaba un problema grave. No, por mucho que quisiera esto era definitivamente ridículo y lo peor es que con ese aspecto, no quería salir a ningún lado.
Eran demasiadas las miradas, los lloros de su nueva "hermana" y la vergüenza que estaba pasando. No estaba en su manera de ser comportarse de esa forma, pero empezaba a darle ansiedad con todo lo ocurrido y la desaparición de sus curvas. Incluso estaba comiendo más de lo normal*