[Había esperado este día desde hace meses. Aún no entendía del todo para qué tenía que ir ahí a pasar parte del día cuando bien podía hacer lo mismo en su casa, pero el sólo pensar que en ese lugar pronto haría muchos amigos le hace emocionarse.
En las semanas pasadas, había estado asaltando a Bak con preguntas sobre el tema y precisamente por eso la noche anterior le había prometido no llorar. Sin embargo esa mañana, en cuanto Edgar y Touyi lo dejaron en la entrada del jardín y le dieron la espalda, se sintió completamente abandonado en ese lugar en donde no conoce a nadie.
Quizá debería comenzar a buscar algún niño del cual pudiera ser amigo. Así que no deja que los nervios y el miedo lo paralicen y comienza a caminar para buscar su nueva aula, mirando directamente a todos los niños con los que se cruzaba. Y ni siquiera es capaz de encontrar alguien que camine junto a él, pues los que no estaban echos un mar de lágrimas, estaban pegados a las faldas de las educadoras o de sus madres... así nunca iba a encontrar alguien con quien buscar su salón.]