*Mira a Kanda fijamente, preguntándose qué demonios era eso de la mayonesa que Alma se tomaba. Tal vez era una casera que el otro preparaba para su novio especialmente, sabiendo que le encantaba. Pero algo en su cabeza le dice que no puede ser algo ni tan simple ni tan inocente viniendo de Lavi. Jamás, ni en un millón de años usaría un su turno para preguntar cosas que no fueran comprometidas, estaba seguro. Así que alarga su mano para darle una colleja al pelirrojo. Seguía sin saber a qué se refería exactamente, pero por si acaso tomaría precauciones*