*Se incorpora en el asiento, arrebatando la botella del lado de Alma para volver a llenar su vaso. Ese estúpido baKanda le había llamado nenaza, ¡a él! No sabe si porque después del primer trago se sentía demasiado acalorado o qué pasaba, pero sólo puede volver a levantar su vaso y beberse todo el licor de golpe una vez mas, sintiendo como por un momento se tambaleaba en su sitio*
¿Cómo puedes llamarme así cuando eres tú el que luce como una mujer? Tienes la boca muy grande, baKanda idiota.
*Y para dar más énfasis a su comentario, se le ocurre dar un oportuno golpe en la mesa*