[Todo parecía estar casi perfecto. Había terminado de cocinar y ahora sólo se concentra en los toques finales mientras termina de cocinar el estúpido yakiniku del conejo y preparar la salsa que Alma le informó que le gusta. Tal vez no era la manera tradicional, pero necesitaba espacio en la mesa para todos los otros platillos. Ese moyashi idiota terminaría con todo sin importar, de eso estaba seguro.
Pero se había esforzado lo suficiente para mantenerlos callados mientras masticaban. Tal vez si hacía una buena comida, no podrían hablar y todo estaría más tranquilo. Chasquea la lengua, dejando en un platito los malditos dangos del moyashi.
Incluso ha hecho mayonesa casera. Como si el idiota ese se lo mereciera. Al parecer no había entendido que podía escuchar perfectamente todo lo que estaba diciendo de él para que los demás se enteraran. No sabía dónde jodidos iba a dormir hoy, pero en su cama no, definitivamente]