*Si alguna vez pensó que Kanda no podía ser más estúpido y enojón, todo lo que Alma les contaba le estaban convenciendo de que se equivocaba. Aunque por otro lado, Alma debía ser muy inocente si esperaba demasiadas muestras de afecto por parte de aquel ogro malhumorado*
Kanda no está familiarizado con eso del cariño, es como pedirle peras al olmo.
*Le dice al muchacho mientras siente otro de esos ramalazos de lástima sacudirle de arriba a bajo.*
Pero si alguna vez tienes problemas siempre puedes venir a casa con nosotros, Alma.