[Había sido una suerte que ya había soltado la cuchara y había apagado la estufa, porque en estos momentos sólo habría un montón de astillas por todos lados.
Pero no puede evitar temblar por la ira. Ese... hijo de puta. Se estaba pasando. No iba a salir vivo de esta. No iba...
Aprieta los puños, volviéndose repentinamente para enfrentarse a Alma y lanzarle un puñetazo. Y no, no le importa en lo absoluto haber roto ese plato y que probablemente se había lastimado la mano porque había alcanzado a rozar a ese idiota. Misión cumplida]