*Esconde rápidamente detrás de sí mismo el paquete de galletas que había usurpado de la despensa, a pesar de que los churretones de chocolate que tiene alrededor de la boca no ayudan mucho a disimular el hecho de que estaba picoteando entre horas. Menudo susto, lo habían pillado in fraganti. Simplemente, no se esperaba que su hermano mayor apareciera de pronto en su habitación a proponerle un juego de barcos en el baño.*
Yo estaba... Esto...
*Y por eso no sabe qué contestar. Ya pensaba que Lavi estaría estudiando o mirando esas páginas de internet a las cuales el control paterno no le dejaba acceder, o todas esas cosas que sus hermanos mayores hacían en la tarde. Y precisamente ese periodo de tiempo era el momento perfecto para que él le hiciera una visita al mueble de los dulces. Pero no por hoy, al parecer.*