*Apunta acercándose a la mesa ya lista. La ensalada tenía buena pinta, al contrario que los chichones que comenzaban a salir de su cabeza. No es que no supiera que se la jugaba con ese tipo de comentarios hacia su abuelo, pero siempre guardaba la esperanza de que al viejo panda se le despertase el sentido del humor un día de estos.*
Y el olorcito...
*Su estómago ruge en ese momento obligándole casi a sentarse de inmediato. Si los demás no tomaban asiento pronto, esa tortilla acabaría por tener una muerte muy rápida*