*Se sobresalta cuando le arroja encima la bata de médico, nervioso y confuso por la precipitada decisión de sacarlo fuera. ¿Por qué tenía que llevarlo a la fuerza si no quería? Arruga el ceño, pero luego se calma poco a poco, respirando profundamente bajo la tela y percibiendo como esa misma, olía a él.
Sigue sorprendido, pero más calmado. Era cierto que bajo aquello, no podía ver ningún espejo o cristal que lo pusiera en peligro por lo que el trato no estaba tan mal. Aún si se muestra un poco desconfiado, asiente*