*La cabeza le daba vueltas, le dolía, pero no estaba seguro de si se trataba del mismo dolor de otras veces cuando era forzado a abandonar el control de su cuerpo. Esta vez era algo parecido a un agobio repentino, una sensación abrumadora que iba en aumento según conseguía escuchar con mayor intensidad aquellas voces dentro de su cabeza.*
Son muchos... me están llamando.
*Pero no lograba entender nada más, y tampoco estaba seguro de si podían oírle a él. Había estado esperando por este momento y poder escuchar lo que esos otros "yo" tenían que decirle, pero ahora que tenía la oportunidad por delante no puede evitar sentirse bastante incómodo. Era extraño y algo tétrico, esas voces parecidas a la suya llamándole como si en realidad no se trataran de la misma persona.*