Ya lo oíste, ¿verdad? Ese es el niño que te dejó la carta. Pero hay otros más dentro de ti que quieren hablar contigo.
[No estaba muy seguro si esa era la manera de manejarse, pero nunca había hecho esto antes, por supuesto, ni tenía mucha información al respecto como para saber el método exacto.
Resopla, intentando despejar su mente porque él también tenía que estar concentrado para enfrentarse contra cualquier eventualidad. No quería que el conejo recuperara repentinamente la consciencia en algún momento y ese bastardo se enterara de algo. Seguía detestándolo por mucho que Junior pareciera sentir algo que parecía ser pena por él]
Contesta, conejo. Tienes que estar dispuesto a hablar con ellos. ¿Puedes oírlos?