[Le gusta escuchar esa promesa mucho más de lo que debería. Sobre todo porque ha sonreído. Seguía recordando cuando el niño le temía, cuando ni siquiera quería salir a hablarle por nada del mundo. Así que no puede evitar sentirse más relajado al saber que también quería volver a verle.
Pero luego deja de pensar en aquello pues tiene que concentrarse en lograr algo. No podía decepcionar a Lavihiko ni a ese niño o quedaría terriblemente mal como doctor luego de que habían puesto su confianza en él. Así que se pone serio de nuevo, mirando al conejo fijamente]
Ahora, conejo, sigues relajado y tranquilo, pero vas a abrir los ojos y me vas a mirar sin que nada más te distraiga.