[¿Pensaba que tenía que verlo? ¿Para consolarlo? No sabía cómo sentirse al respecto, sobre todo porque Lavihiko había sido lo suficientemente perpicaz como para enterarse de lo importante que era Junior para él. No debía de sorprenderle tampoco; aunque fuera parte del conejo, seguía siendo una mujer, con todo y esa intuición tan misteriosa que tenían.
Entonces repara en lo otro que le dice. Se pregunta qué puede querer un niño como Junior, incluso piensa, estúpidamente, que le hubiera gustado estar en su despacho para poder darle de nuevo esos colores de cera para que hiciera los dibujos que quisiera. Pero supone que esto es mucho más serio que eso]