[Para que la leyera, claro, si no, no estarían aquí en este instante. Sólo que quien se había quedado con la carta no era el conejo. No era profesional en lo absoluto, pero tener la carta de Junior entre sus cosas le hacía recordarse qué era lo que tenía que hacer. Era cursi y estúpido, pero igual no reaccionaba como normalmente lo haría cuando se trataba de ese niño.
Aún así le divierte que diga que le quiere dar las gracias. ¿Él le quería dar las gracias? Tenía que estar bromeando]
¿Tú me quieres agradecer? Si no hubiera sido por ti, el conejo nunca se habría dado cuenta de que ustedes existían. No hubiera podido hacer absolutamente nada si no fuera por ti.
[Esperaba que su voz no temblara tanto o quedaría en ridículo con un niño. Y eso era lo que menos quería]